“Pensar una Universidad de Cartagena para el siglo XXI, humana y transformadora, implica armonizar su pasado notorio, su presente esplendoroso y un futuro  prometedor”.


En su programa de gobierno, el rector Willian Malkún Castillejo convoca a todos los udeceístas a configurar una universidad transformadora y humanista y, para lograrlo, nos invita a actuar bajo los principios que rigen a los seres humanos como eje de transformación.

Para profundizar en la comprensión de este reto transformador, Universo U dialogó con Simone Fonseca de Andrade Klein, docente de la Universidad de Caixas Do Sul (Brasil), comunicadora social - periodista, magíster en Administración de Empresas, y MBA en Comercio y Relaciones Internacionales; quien el pasado 18 de octubre visitó la Institución como docente invitada a la Maestría en  Organizaciones, en desarrollo de la IV Cátedra Víctor Quezada Ibarguen.

Universo U Flash. El rector Willian Malkún propone en su programa de gobierno una universidad transformadora y humanista, desde su mirada ¿Qué implica la transformación organizacional y qué  diferencia existe entre cambiar y transformar?

Simone Fonseca de Andrade K.
Desde mi punto de vista y a partir de las referencias que he estudiado, el cambio organizacional tiene más que ver con asumir el cambio del contexto y poner a la gente y las empresas en contacto con otras oportunidades de creación para el mercado, para la educación, pero dice más respecto al mercado y la manera como los agentes que se involucran en el entorno actúan; pero transformar, desde mi punto de vista se basa en las personas, hay que mover la cultura, hay que implantar algo de creencias, de valores, de movilizar para que los agentes, los individuos, sean desde su interior parte del cambio a partir de la transformación.

Cuando yo hablo del cambio, estoy mirando más al contexto, al escenario, que a la gente y la transformación sólo va a existir a partir de la gente. Son las personas que van a implementar cuestiones sociales, ambientales, de gobernanza, de humanidad.

Universo U Flash. ¿Por qué hoy una organización tiene que transformarse?

Simone Fonseca de Andrade K. Hemos vivenciado un cambio drástico en todos los ámbitos de nuestra vida. Antes de la pandemia, percibo que la gente estaba mucho en busca de tener, tener bienes materiales, tener una carrera, tener titulación. La pandemia nos puso en contacto con nosotros mismos y ahí se perciben algunas fragilidades del ser; hay que rescatar el ser, rescatar tu historia, los valores, las creencias, los sentimientos, tu mentalidad para después buscar el tener.

Universo U Flash. ¿Pero no encuentra una contradicción en eso de la transformación digital frente a la transformación enfocada en el ser, en lo humano?

Simone Fonseca de Andrade K. Seguro que sí. La transformación digital desde mi punto de vista, no está alineada como debería a las cuestiones humanas, porque hemos visto la imposición de las redes sociales, por ejemplo, como algo que es mucho más para aparentar que para ser de verdad. Hay una discusión muy clara, de conexión incluso.

La transformación digital nos permite que estemos conectados, hasta el punto de que ya no queremos más y basta un clic para que se pierda la conexión. Pero la vida no es así, el contacto y la interacción personal, afectiva, de conexión, va más allá de una transformación digital en las empresas.

Universo U Flash.
¿Qué se debe esperar de una empresa pública respecto de la transformación para el cambio?, porque puede que sea un poco más complejo.

Simone Fonseca de Andrade K. ¡Sí! seguro que es más complejo, porque la estructura a veces no es tan dinámica por los propios mecanismos de constitución del capital público para hacer que la transformación sea más fluida, claro, que se tiene mejores mecanismos de control para que no haya desvíos. Yo trabajé 12 años en un banco que era de economía mixta, pública y privada, y evidencié esta dificultad, el apego demasiado a la estabilidad, la seguridad, la burocracia, el control.

Si la institución no hace cambios la competencia emitirá algo nuevo ¿Entonces? Cambiar es imprescindible para sobrevivir, para evolucionar, para crecer. Esto, necesariamente genera un sentimiento de pérdida ¿Por qué? La zona de confort. La zona de confort que tenemos, es un espacio agradable, muy cálido, como si fuera el regazo de nuestra madre, no hay dolor, no hay miedo, pero tampoco hay sufrimiento.

Los cambios muchas veces generan traumas y resistencias, por ello, el papel del líder puede cumplirse, es el papel que soporta los cambios, ayuda al equipo a estabilizar y, todo eso, seguro que va a impactar en el sentimiento de las personas.

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