Foto: Cortesía

Un grupo de jóvenes investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Cartagena acaba de lograr un importante hito científico, se trata del descubrimiento de un nuevo asteroide, el QS270, confirmado dentro de una campaña internacional de búsqueda coordinada por la International Astronomical Search Collaboration (IASC) y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

El hallazgo fue realizado por los integrantes del Semillero de Investigación Sirius, el único equipo universitario dedicado al estudio de la astronomía en la Institución. A través del análisis de imágenes captadas por telescopios de alta potencia, los estudiantes lograron identificar un objeto en movimiento que, tras un riguroso proceso de verificación, fue catalogado como un nuevo asteroide.

“El proceso consiste en analizar fragmentos del cielo, cuadro a cuadro, en busca de una señal mínima de movimiento. Cuando observamos un objeto que se desplaza con un movimiento rectilíneo uniforme, sabemos que podría tratarse de un nuevo cuerpo celeste”, explicó Miguel Gómez Velasco, estudiante de la Maestría en Química y miembro del equipo investigador.

Este descubrimiento se suma a los asteroides VW17 y UF103, hallados en el año 2021, y es resultado de la participación de Sirius en las campañas internacionales de observación astronómica que permiten a equipos de investigación de todo el mundo contribuir al conocimiento del universo mediante una ciencia participativa.

Para los miembros del grupo, este logro representa no solo un avance científico, sino también una fuente de inspiración.

“Saber que estamos aportando al conocimiento del universo desde nuestras aulas es algo grandioso. La ciencia está al alcance de todos los que sienten curiosidad por el cielo y desean explorar más allá”, expresó Miguel Otavo Guzmán, biólogo egresado de Unicartagena y miembro del grupo Sirius.

Una comunidad que mira hacia las estrellas

Sirius nació como una iniciativa entre apasionados por la astronomía que decidieron reunirse para aprender, investigar y divulgar el conocimiento sobre el espacio. Con el tiempo, el grupo se consolidó como un referente en divulgación científica en Cartagena, realizando observaciones con telescopios, charlas públicas y jornadas educativas en colegios y comunidades.

“La ciencia debe ser para todos. Desde un niño curioso hasta un adulto que decide mirar el cielo con asombro; todos podemos hacer ciencia. La curiosidad es el motor del conocimiento”, añadió Gómez Velasco.

Entre sus miembros se encuentran estudiantes, egresados y profesores de distintas disciplinas, junto a entusiastas externos como Luis Fernando Lesmes, quien se vinculó al grupo motivado por su pasión por la astronomía.

“Ha sido una experiencia increíble. En Sirius he podido aprender, aportar y compartir con personas que sienten la misma fascinación por el universo”, señaló Luis Lesmes, asistente del grupo.

Un puente entre la ciencia y la comunidad

Más allá de sus logros académicos, el Semillero se ha propuesto democratizar el acceso al conocimiento científico en la región. Sus actividades buscan inspirar a niños, jóvenes y adultos del departamento de Bolívar a observar el cielo con curiosidad y entender los fenómenos del universo desde una perspectiva científica.

“Queremos que Cartagena y Bolívar también sean parte de la conversación global sobre el espacio. Soñamos con que cada descubrimiento despierte nuevas vocaciones científicas y que más personas se atrevan a mirar las estrellas”, sostuvo Edwin Villegas Rubiano, biólogo egresado de Unicartagena y miembro del Grupo Sirius.

Actualmente, Sirius avanza en su proceso de formalización como grupo de investigación reconocido por la Universidad de Cartagena, con el propósito de fortalecer sus líneas de trabajo, ampliar sus proyectos y continuar su participación en colaboraciones internacionales.

El descubrimiento del nuevo asteroide reafirma la capacidad investigativa y la proyección internacional de los estudiantes y docentes de Unicartagena en áreas científicas. Con esto el grupo Sirius demuestra que la curiosidad, la colaboración y la pasión por la ciencia pueden abrir nuevas rutas hacia el conocimiento.