El Investigador Emérito mexicano, Ángel Díaz-Barriga, doctor en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), participó como docente invitado del Doctorado en Ciencias de la Educación RUDECOLOMBIA en la Universidad de Cartagena, del 21 al 24 de marzo, donde desarrolló la conferencia “Integración, autonomía y comunidad. La reforma de la educación básica en México”, realizada en el marco de la Cátedra Internacional Educación y Contexto del mencionado Programa. Universo U-Flash , conversó con él.

Rosemary Pérez Lineros: A propósito de su conferencia, partamos de ¿Cómo se concibe la escuela y la formación en la básica en México?

Dr. Díaz-Barriga: Eso es algo en lo que estamos avanzando. No hay un modelo de Escuela. Por ejemplo, en la conferencia manifestaban: “es que hay niños que llegan con hambre a la escuela”, es que los niños llegan con sus condiciones sociales a la Escuela, tenemos niños de grupos indígenas, tenemos comunidades que tienen rituales que no sé cómo se han ido estableciendo históricamente, todo eso el niño lo vive, porque está en su medio. El ritual y el festejo tienen una historia, entonces la escuela no puede cerrar los ojos y decir “no me importa”. En las Comunidades urbanas también tenemos problemas de violencia, de adicción, de diferencias sociales, o sea, decir hay una Escuela Mexicana, es lo que estamos intentando romper, no hay una escuela mexicana, hay escuelas en México, y cada escuela representa un reto, y esto nos lo ha permitido la Secretaría de Educación Pública.

El plan de estudios tiene que ver con el contexto. Entiéndelo, interprétalo y desde ahí trata de ver cómo acercas los contenidos del plan de estudio a los problemas que está viviendo y afectan la vida del niño. Si desde la infancia no empezamos a hacer que el niño se vaya comprometiendo con lo que pasa con su entorno va a ser un adulto al que no le importa lo que está pasando en su medio.

Rosemary Pérez Lineros: En su libro “Docente y didáctica. Acercamientos polémicos” usted describe la docencia, y cito: “como una profesión que tiene como tarea sustantiva apoyar los procesos de formación de los individuos, se encuentra en una encrucijada epocal que deviene de diversos ámbitos” ¿Considera Usted que con la nueva legislación mexicana se fomentan cambios en la docencia que creen un verdadero impacto en el aula y fuera de ella? ¿A través de qué mecanismos o cambios?

Dr. Díaz-Barriga: La legislación mexicana ha hecho algo importante y es decir “el docente es un profesional y como profesional tiene determinadas responsabilidades, pero, también merece respeto social”. Por qué queremos que el docente reciba un documento que le diga no importa cómo sea su clase, pero usted tiene que seguir estos pasos, usted tiene que seguir esta ruta. Tratarlo como profesional es confiar en él, ciertamente que nos está costando muchísimo en México, porque el docente está acostumbrado a que le digan qué hacer y cómo hacerlo, y ahora le estamos diciendo es que no hay un cómo, Tú eres el profesionista, tú lo tienes que empezar a asumir.

La legislación hizo un cambio, estamos diciéndole al maestro “este plan de estudios está basado en la confianza que tenemos en tu profesionalidad, esperamos que lo que tu hagas sea para el mejoramiento de la Escuela, para el mejoramiento de la vida del niño. El Estado reconoce que tú eres el que toma esas decisiones, esa es la diferencia”.

Rosemary Pérez Lineros: Además de los docentes, ¿Cuál es el rol de los actores (padres, comunidad, estudiantes) para lograr que se dé una verdadera integración entre Escuela, comunidad y territorio? ¿Cómo convertir la escuela en una institución que aporte al desarrollo de las comunidades, en especial en las zonas rurales?


Dr. Díaz-Barriga: Las Escuelas más humildes, es donde la comunidad más se involucra. Donde nosotros encontramos los proyectos comunitarios es precisamente en las escuelas que tienen peores condiciones. Quizás la comunidad no sabe que pedirle a la Escuela, en algunas ocasiones sí, pero en otras comunidades rurales, los campesinos, si bien están cerca de la Escuela, no saben que le pueden pedir, y ahí tenemos que hacer un trabajo con esas comunidades, con sus condiciones, para que vayan aportando, para que vayan reconstruyendo la Escuela.

Y en las Comunidades Urbanas, donde fundamentalmente el Proyecto Educativo es muy individualista, tenemos que trabajar para que el alumno vaya percibiendo, que sus acciones afectan a la comunidad y que si todos empezamos a colaborar vamos a tener comunidades mejores.

Rosemary Pérez Lineros: Usted resaltaba en su conferencia “No todas las escuelas, ni las comunidades tienen las mismas necesidades… El niño, independientemente si está en una Escuela pública o privada se desarrolla y es impactado por el medio en el que vive. ¿Qué consejo le daría a los educadores sobre cómo detectar o priorizar esas necesidades desde el plan de estudios?

Dr. Díaz-Barriga: El punto de partida tiene que ser una discusión entre docentes, si queremos que empiece a haber un trabajo colectivo, la colectividad tiene que empezar en el trabajo docente, no puede ser que yo sea el docente de tal grupo y no me importa lo que haga el docente del grupo del al lado. Si no logramos que los docentes empiecen a sumirse como colectivo con responsabilidades vamos a seguir fomentando este proceso de individualismo atroz que nos ha llevado a la sociedad capitalista donde lo importante soy yo, mi familia, mi espacio y no me importa lo que esté pasando en mi entorno.

El docente tiene que asumirse como docente de la Escuela, y es ahí, donde bien sea pública o privada, la reflexión tiene que venir en cuál es mi responsabilidad social y como responsabilidad social, como compromiso, que temas podemos abordar en la Escuela. No todos los temas los vamos a resolver, pero si los podemos analizar, si pueden ser objeto de estudio. El tema, por ejemplo, de si llegan con armas y hacen una masacre, no lo vamos a resolver los docentes, pero sí podemos hacer que sea un objeto de estudio de los niños, ¿Qué significa? ¿Por qué se dan? ¿Cómo se construye la violencia? ¿Cómo la violencia empieza a tener espacios en la casa, con los compañeros, en el salón de clases?, y de ahí la violencia crece hacia determinados sectores, y si no empezamos a trabajar en el respeto al otro definitivamente no lo vamos a corregir.

Rosemary Pérez Lineros:Usted afirmaba que “se necesita otra valoración de la sociedad”, en referencia a que necesitamos cambiar la valoración a través solo de boletas de calificaciones ¿Qué propuesta se hace ante esto? ¿Cómo se concibe esta valoración de competencias y cómo se construyen resultados de aprendizaje?

Dr. Díaz-Barriga: La calificación no es un problema didáctico, es un problema administrativo que surgió cuando el Estado Nacional se hizo responsable de la Escuela. Si uno lee los libros de historia de la didáctica los capítulos de examen y clasificación son muy recientes, son de los años 30 del siglo pasado. No podemos quitar la calificación de la Escuela porque es el sistema que socialmente se ha conformado para decir “usted puede pasar del primero al segundo grado”, “usted ya terminó sus estudios primarios”, etcétera. La calificación es una necesidad administrativa del sistema que responde a que usted me pide determinados trabajos, determinados exámenes y yo los voy haciendo, pero esa no es mi evaluación. La Constitución nos dio una oportunidad, porque se habló de establecer Sistemas de Evaluación Formativa. Entonces lo que estamos traduciendo en el Proyecto Pedagógico es cómo vamos a hacer la evaluación formativa. Tenemos que lograr la forma en que el Sistema de Evaluación ayude al sujeto a preguntarse, ¿por qué estoy aprendiendo? ¿Para qué estoy aprendiendo? ¿Qué esfuerzos estoy haciendo?... Pero es el sujeto quien se tiene que confrontar con él, y son sus compañeros de grupo los que le tienen que ayudar de alguna manera a ver si se está cumpliendo con lo que se comprometió a hacer.

Rosemary Pérez Lineros: Nos gustaría conocer su opinión de frente a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, los cuales se han convertido casi que, en un referente para las instituciones de educación a nivel mundial, donde se trazó como una de las metas: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” ¿Cuáles considera usted son los desafíos y retos de la escuela hoy en América Latina, y en especial en Colombia?

Dr. Díaz-Barriga: Yo no podría hablar de Colombia, porque no me siento tan conocedor de la situación. Sin embargo, creo que la educación inclusiva, educación de género, educación de respeto al otro, son grandes retos. Nosotros estamos incorporando otros como la interculturalidad crítica, y por qué le colocamos crítica, porque estamos acostumbrados mucho a ver qué pasa con lo cultural diferente como folklore, cuál es la artesanía, el bailable, la comida, pero no vemos detrás de todo eso que historias hay, por qué se fue conformando históricamente esto en una sociedad. Por ejemplo, en Colombia tienen comunidades afrodescendientes ¿Cuál es la historia de esas comunidades afrodescendientes? ¿Cuáles son los valores que esas comunidades afrodescendientes han venido cultivando a lo largo del tiempo? ¿Cuáles son sus lenguas? ¿Cuáles son sus costumbres? Si no conocemos eso, no partimos de un concepto de inclusión social en términos de decir ustedes tienen derecho a la misma dignidad que cualquier otro ciudadano en este país.

Esos son los retos que estamos viendo de estos objetivos que no fueron los que guiaron nuestro trabajo, lo que guió nuestro trabajo es pensar nuestra realidad. Qué bueno que las Naciones Unidas tengan sus objetivos y retos de desarrollo, yo los felicitaría, pero diría “Cuidado. Los que tenemos que armar las metas de desarrollo somos los que vivimos en un país, porque somos los que vamos a conocer muchas más realidades, muchas más características que las que puedan venirnos de afuera”.

En la realidad latinoamericana, me queda claro que estoy frente a una sociedad claramente dividida, e incluso en sociedades europeas, entonces el reto mundial. Como una pregunta sociológica, no educativa, es: ¿Qué hacemos frente a esta gran escisión social que estamos teniendo cada vez más fuerte?

Redacción: Jorge Matson

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