Foto: Universidad de Cartagena

"Tener un corazón udeceísta, para mí, es la esencia de lo que hoy está pasando en transformación de nuestra Universidad", Adel Martínez Martínez.

Conversar con el Decano de la Facultad de Odontología Adel Alfonso Martínez Martínez, es descubrir la esencia del corazón Udeceísta: esa energía que impulsa a transformar desde lo humano, a liderar con compromiso y a servir con amor. En sus palabras se entrelazan la pasión por la educación, la historia viva de la institución y el orgullo de pertenecer a una universidad bicentenaria que ha hecho de la formación integral su propósito más profundo.

“Lo que hemos vivido en los últimos años en la Universidad de Cartagena es una transformación que va mucho más allá de lo académico o lo físico. Hemos entendido que somos una universidad que debe transformar desde lo humano, desde la sensibilidad social y la empatía”, afirma con convicción el decano, quien desde su llegada ha impulsado una visión que integra la calidad profesional con la formación de ciudadanos éticos, críticos y conscientes de su papel en la sociedad.

Una facultad que forma con propósito

La Facultad de Odontología, una de las más reconocidas del Caribe colombiano, se ha consolidado como un espacio donde la ciencia y la vocación de servicio se encuentran. En ella, los estudiantes no solo adquieren conocimientos técnicos, sino que desarrollan habilidades humanas que los preparan para afrontar los desafíos de un mundo en constante cambio.

“Formamos odontólogos de calidad, sí, pero, sobre todo, formamos seres humanos con sensibilidad. Queremos que nuestros egresados sean profesionales multilingües, emprendedores, con conciencia ambiental y responsabilidad social. El mundo no necesita un odontólogo más, necesita personas que transformen su entorno”, sostiene el decano Martínez.

Cada promoción que egresa lleva consigo una parte de ese compromiso: una promesa de devolverle a la sociedad lo que la Universidad les dio, de servir con ética y de honrar el valor de lo público.

El legado de una historia que inspira

En el marco de la ruta bicentenaria, la Facultad de Odontología ha emprendido un proceso de reconstrucción de su historia. Un recorrido por los archivos, los recuerdos y las voces de quienes hicieron posible su crecimiento. 

“Estamos haciendo memoria. Queremos saber cómo nació la facultad, cómo pasó de ser una escuela anexa a Medicina a una facultad autónoma, con identidad y vocación propias. Es importante reconocer el valor de quienes nos antecedieron y consolidaron lo que hoy somos”, relata el decano.

Ese esfuerzo por rescatar la memoria institucional se materializará en el Museo Histórico de la Odontología, un proyecto que busca preservar los objetos, documentos y relatos que narran la evolución de la disciplina en Cartagena y en la región. “Será un espacio de encuentro entre generaciones, donde nuestros estudiantes puedan conocer de dónde venimos y hacia dónde vamos. La historia nos da raíces, y las raíces nos permiten proyectarnos con fuerza hacia el futuro”, añade.

Transformar desde el territorio

La presencia de la Facultad de Odontología en el barrio Zaragocilla ha sido, sin duda, un punto de inflexión en su historia y en la vida del territorio. “Llegar aquí transformó todo —afirma el decano—. No solo construimos una infraestructura, sino una relación con la comunidad. Hemos aportado a la salud, a la educación y al desarrollo social del barrio, aunque reconocemos que aún tenemos una deuda con este territorio que nos acoge”.

Esa relación con la comunidad se ha fortalecido en los últimos años a través de proyectos que promueven la extensión universitaria y la atención en salud oral con enfoque social. Uno de los hitos más importantes ha sido la reactivación, después de 21 años, de la Unidad Estomatológica del Hospital Universitario del Caribe, un espacio que hoy brinda servicios especializados y se ha convertido en un escenario de práctica para estudiantes de pregrado y posgrado.

“Este logro representa nuestro compromiso con la salud pública y con la región Caribe. Volver a tener presencia en el Hospital Universitario nos conecta directamente con las necesidades reales de la comunidad y nos permite aportar al sistema de salud desde la docencia y la investigación”, asegura el decano.

Pero el compromiso no termina ahí. La Facultad de Odontología también lidera un proyecto que simboliza su vocación social: la Clínica de la Esperanza, una iniciativa que busca llevar los servicios odontológicos a los sectores más vulnerables de la ciudad, en alianza con la Fundación Pies Descalzos, la Alcaldía de Cartagena y la Secretaría de Educación.

“La idea es no esperar a que las personas vengan a nosotros, sino ir hacia ellas. Queremos que la Universidad llegue a las comunidades, que se sienta presente en los barrios, en las escuelas, en los espacios donde más se necesita. Eso también es transformación”, enfatiza Martínez.

El corazón Udeceísta que se vive en cada espacio

Las transformaciones físicas y académicas de la facultad —nuevos laboratorios, quirófanos, unidades de imagenología y espacios modernos— reflejan un avance sostenido, pero, para el decano, el verdadero motor está en la gente.

“El corazón Udeceísta se manifiesta en el compromiso de los estudiantes, en la entrega de los docentes, en el trabajo silencioso de los administrativos. Ellos son quienes mantienen viva la esencia de esta facultad”, expresa con orgullo.

Ese espíritu se simboliza en elementos que han adquirido un significado especial, como la pared amarilla que da la bienvenida a todos los que llegan al edificio de la facultad. “Más que un color o un diseño institucional, esa pared representa identidad, alegría y sentido de pertenencia. Es un recordatorio del valor de ser Udeceísta, de sentir orgullo por lo que somos y por lo que representamos”.

Historias que construyen comunidad

El decano reconoce que la verdadera fuerza de la facultad está en las personas que la habitan. Entre los rostros más queridos menciona a Rosmaira, encargada de los tintos, y al doctor Gustavo Velasco, docente con más de tres décadas de servicio.

“Rosmaira representa el calor humano que nos caracteriza. Con su sonrisa y su
dedicación, es parte del alma de la facultad. Y el doctor Velasco es símbolo de
entrega y sabiduría; su legado docente ha marcado generaciones enteras de
odontólogos”, comenta emocionado.

Esa mezcla de cariño, respeto y sentido de comunidad se refleja en las múltiples iniciativas impulsadas por estudiantes, docentes y trabajadores: jornadas de embellecimiento, proyectos de voluntariado, actividades culturales y acciones de bienestar que fortalecen los lazos humanos.

“Lo que me llena de orgullo —dice el decano— es ver cómo todos se involucran, cómo cada quien aporta desde su lugar para mejorar los espacios y construir comunidad. No hay jerarquías cuando el propósito es común. Aquí todos somos parte de una misma familia”.

La fuerza de la tradición oral

Otro rasgo distintivo de la Facultad de Odontología es su tradición oral, esa costumbre de compartir historias, anécdotas y enseñanzas que fortalecen el sentido de pertenencia. “Esa forma de comunicarnos sin barreras entre docentes y estudiantes nos hace únicos. Las historias que se cuentan en los pasillos, los consejos que se transmiten de generación en generación, son parte de nuestro patrimonio intangible. Nos conectan y nos recuerdan que somos más que una institución: somos una comunidad viva”, expresa el decano.

Mirar al futuro con esperanza

Con la mirada puesta en el futuro, el doctor Martínez continúa liderando con una visión que integra la excelencia académica, la innovación y la sensibilidad humana. “Queremos consolidar una facultad que siga siendo referente en el Caribe y en el país, pero que nunca pierda su esencia: la cercanía, la empatía y el servicio”, afirma.

Su mayor deseo es dejar un legado de compromiso y amor por la educación pública. “Más allá de los títulos o las acreditaciones, lo que realmente importa es formar personas íntegras, ciudadanos conscientes, profesionales con ética, capaces de convivir, cuidar el ambiente y aportar a la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Ese es el verdadero propósito de la educación: transformar vidas y sembrar esperanza”.

Y es que, en cada palabra del decano Adel Alfonso Martínez Martínez, se refleja la certeza de que la Facultad de Odontología de la Universidad de Cartagena late con fuerza, impulsada por un corazón que no solo enseña a curar sonrisas, sino también a construir futuro.